Sus lágrimas conmovieron al mundo entero, pues todo se esperaba menos verlo abatido sin pelear ni botar todas sus balas. Cristiano Ronaldo sufrió un esguince del ligamento lateral interno de grado 1 de su rodilla izquierda tras una entrada de Payet y, pese a que intentó seguir así, debió abandonar el partido.

A la postre Portugal alzó la copa con agónico gol de Eder y Ronaldo festejó, pero de inmediato puso en marcha un plan de recuperación para tratar de llegar con el Real Madrid a la final de la Supercopa de Europa frente a Sevilla el 9 de agosto, aunque de principio los expertos dicen que es imposible.

Por eso, estar en su yate personal, en donde pasa unos días en Ibiza, no es excusa. El crack asiste a un centro médico de la isla donde se trata en cámara hiperbárica, en la cual respira aire en estado puro a una presión por encima de la atmósfera que “favorece la cicatrización” de su rodilla, dice ‘El Chiringuito TV’.

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