La saturación del calendario, sobre todo para las grandes selecciones y sus estrellas, hace que muchos equipos y jugadores no quieran disputar el torneo que se juega un año antes en la misma sede de la Copa Mundial.

El más reciente ejemplo, y a la vez el más claro, es el del seleccionador alemán Joachim Löw: “Seguramente no me pondré triste si no se celebra en 2021”, dijo el DT al dar hace unos días la lista de convocados para la Confederaciones Rusia 2017, en la que su equipo participará como campeón mundial.

Löw no solo mostró su desinterés por el torneo con palabras, sino también con hechos: en la lista de 23 convocados solo figuran tres futbolistas de los que ganaron el Mundial en Brasil-2014: Julian Draxler, Matthias Ginter y Shkodran Mustafi.

“El objetivo número uno es la Copa del Mundo el próximo año”, dejó claro el técnico que dirige al combinado alemán desde hace más de 10 años.

El mayor problema lo suelen poner los equipos europeos. Un jugador como el portugués Cristiano Ronaldo, que jugó (y ganó) la Eurocopa y participará en la Confederaciones, podría llegar a tener que jugar más de 100 partidos en dos años, si se cuentan los encuentros con el Real Madrid y los que tiene que jugar con su selección para buscar la clasificación mundialista.

“Tres torneos en tres años (Eurocopa 2016, Confederaciones 2017 y Mundial 2018) es límite”, añadió Löw, precisando el gran riesgo de lesiones que presenta, según dice el DT.

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¿Hacia un Súper Mundial de Clubes?

Prensa de todo el mundo ha publicado en las últimas semanas que la Asociación de Clubes Europeos (ECA) planteó a la Fifa organizar un Súper Mundial de Clubes en los años impares, para no coincidir con el Mundial ni con los campeonatos continentales de selecciones.

Este torneo, en el que participarían 16 o 24 equipos de todas las confederaciones sustituiría no solo a la Copa de las Confederaciones, sino también al Mundial de Clubes, otro torneo que no despierta gran interés, sobre todo en Europa.

La Fifa es consciente también de que un torneo que pueda reunir a Real Madrid, Boca Juniors, Flamengo, Bayern Múnich, Santos, Barcelona, River Plate, América o Chivas, por decir solo algunos nombres de clubes, tendría mucho mayor interés para los aficionados y los patrocinadores serían mucho mayores.

Queda por saber si Suramérica acabaría adaptándose, ya que habría que cambiar las fechas de la Copa América y, sobre todo, si las federaciones nacionales están dispuestas a perder una parte del pastel, aunque pequeña, que supone la Confederaciones.

El torneo que se disputará desde este sábado en Rusia repartirá 12 millones de dólares entre sus participantes y el ganador de la competencia se llevará 4,1 millones de premios. Unas cifras, no obstante, que quedarían rebajadas por lo que podría generar el nuevo Mundial de Clubes, que podría ser aprobado por la Fifa antes de que acabe el año.

Si es así, Rusia podría pasar a la historia como la última sede de la Copa de las Confederaciones.

Con información de AFP.