Acostumbrados a levantar títulos, sonreír y abrazarse en el festejo de los goles tanto en el Camp Nou como en otros estadios de España y Europa, estos tres jugadores, incluidos por los aficionados en la lista de los más importantes del mundo, no han conseguido hasta ahora en la Copa la felicidad que les proporciona su club.

El título de Liga y el de Copa del Rey obtenidos hace menos de un mes con el Barcelona han servido para completar, un año más, una temporada casi perfecta. Pero cuando estos futbolistas se van cada uno por su lado, la bonanza con la que viven en su club se torna cuanto menos en preocupación.

De todos ellos, el que más experiencia tiene en la competición de selecciones más antigua del mundo es Leo Messi, que afronta estos días su cuarta participación en la Copa América.

Vista con frialdad su trayectoria en el torneo, con dos finales perdidas, el panorama no parece catastrófico, pero los resultados obtenidos por Messi con su selección en las tres ediciones anteriores del torneo rezuman más el aroma del fracaso que el de la satisfacción.

En 2007, en Venezuela, el joven Messi marcó dos goles, pero vio cómo su equipo quedaba subcampeón por detrás de Brasil, algo que en Argentina no se considera precisamente un éxito.

Cuatro años después, en 2011, la Argentina anfitriona del torneo tropezó con Uruguay en los penaltis en cuartos de final. Aquella derrota supuso una gran decepción, a la que se unió otra casi del mismo grosor cuando hace un año los penaltis también impidieron que la albiceleste levantara la Copa en la final ante Chile, en Santiago.

Ahora Leo Messi llega a la competición lastrado por su estado físico como consecuencia del golpe que sufrió en las costillas hace una semana en un partido amistoso, lo que ha provocado, como mínimo, preocupación en el jugador y en su entorno.

Luis Suárez tampoco ha tenido su momento futbolístico más boyante en la Copa América, aunque al menos se llevó un título, algo que Messi no ha conseguido.

Fue en 2011, precisamente en Buenos Aires, cuando el equipo uruguayo, tras eliminar a Argentina, alcanzó la final en la que goleó a Paraguay por 3-0. Suárez marcó cuatro tantos en aquella competición.

Su sanción como consecuencia del mordisco al italiano Giorgio Chiellini en el Mundial de 2014 en Brasil fue de nueve partidos, lo que le privó de estar en la pasada edición de la Copa América en un momento en el que su aportación se consideraba fundamental para que Uruguay pudiera defender el título obtenido cuatro años antes.

En la actual Copa, el seleccionador Óscar Washington Tabárez ha preferido integrarlo en el grupo a pesar de que se lesionó con el Barcelona hace dos semanas en la final de la Copa del Rey en España.

Ahora su selección está pendiente de que pueda regresar a los terrenos de juego a lo largo del torneo.

Por su parte, el brasileño Neymar no está en la Copa. Su participación en los Juegos Olímpicos que se celebrarán en Río de Janeiro en agosto ha sido incompatible con la presencia en esta Copa tras lo acordado con su club.

Hasta ahora ha participado en dos ediciones de la competición (2011 y 2015) y en ninguna la fortuna ha sido su aliada. Para empezar, en Argentina hace cinco años, aunque marcó dos goles, Brasil quedó fuera del torneo en los cuartos de final tras una trayectoria discreta.

Hace un año en Chile, fue expulsado ante Colombia en el segundo encuentro de la fase de grupos y sancionado con cuatro fechas, lo que supuso su despedida del torneo.

Ahora la Copa se disputa con Messi entre algodones, Suárez anhelante de poder llegar a participar y Neymar en la grada acompañado del cantante Justin Bieber en la grada para mostrar su apoyo a la selección Canarinha.

Alfonso Gil / EFE

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