Sus achaques físicos son evidentes. Primero se le vio durante varios encuentros de Eliminatoria caminando con ayuda de bastones, pero la alarma llegó en la Copa América cuando se movilizó en un carrito eléctrico.

Desde el mes de mayo, cuando los periodistas le preguntaron por su condición, el técnico aseguró que su estado de salud era un asunto íntimo.

“Mi estado de salud pertenece a mi privacidad. Yo hoy estoy aquí trabajando y hablando con ustedes. Que no se empiece a inflar ninguna bola, eso es lo que yo desearía”, dijo esa vez.

Sin embargo, el diario Ovación, “Tabárez está recuperándose (bajo el control de un selecto grupo de médicos) del síndrome de Guillain-Barré, un trastorno autoinmunitario que necesita de un largo tratamiento”.

El País de Uruguay hace eco de esta información y explica en qué consiste esta temible enfermedad, que recientemente se le vincula con el virus del Zika:

El sistema inmunitario del cuerpo ataca a una parte del sistema nervioso periférico, la mielina, que es la capa aislante que recubre los nervios. Cuando esto sucede, los nervios no pueden enviar las señales de forma eficaz […] Las primeras manifestaciones son la debilidad y el hormigueo en las piernas, lo que puede extenderse a los brazos y al tronco. El desarrollo de la enfermedad suele darse rápidamente, incluso en cuestión de horas, generando entumecimiento en el cuerpo, dolor muscular y falta de coordinación en los movimientos, hasta causar la parálisis casi total de la persona”.

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