Equipado con una monopalma, un tipo de aleta que se asemeja a una cola de pez gigante y con la que se mejora la velocidad, Michael Phelps nadó bajo la supervisión de expertos y buceadores. Fue grabado y cronometrado, en una misma distancia que había recorrido un tiburón, grabado anteriormente, en las costas de Sudáfrica.

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Gracias a efectos especiales que les mostraban uno junto a otro, como si estuvieran en una carrera, el duelo entre el nadador estadounidense y el tiburón fue por lo tanto virtual y no real.

El portal Buzzfeed señala que cuando los espectadores comenzaron a darse cuenta de la verdad de lo que trataba el especial llamado “Phelps contra el tiburón, el duelo por la supremacía en el océano”, surgieron muchos sentimientos especialmente de decepción.

Pero Phelps había explicado antes de la emisión cómo había sido el reto:

“No estábamos en el agua en el mismo momento, creo que esa es la pregunta que todo el mundo se hacía. Fue seguro, esa era mi prioridad número 1”.

‘El Tiburón de Baltimore’ aseguró que esta carrera había sido una de las más difíciles para él y que fue con “una baja temperatura”.

El tiburón marcó la diferencia con el nadador en los últimos metros, sumergiéndose para atrapar una foca, y dando un salto fuera del agua para cruzar la línea de meta virtual en cabeza.

Con información de AFP