La figura del partido fue el arquero Alireza Samimi de Irán, quien tapó decenas de tiros hechos por Falcao y sus compañeros de equipo.

El que es considerado como mejor del mundo, anotó tres goles pero no fueron suficientes para que su selección ganara. La otra anotación de los brasileños fue de Dieguinho. Por lo iraníes marcaron Tayebi, Kazemi, Hassan Zadehy Keshavarz.

Los suramericanos siempre estuvieron arriba en el marcador e incluso alcanzaron a tener el partido 3-1 a su favor, pero los persas no se rindieron en ningún momento y lograron empatar el encuentro para llevarlo a los tiempos extras.

En el alargue, los brasileños marcaron primero, pero casi que enseguida fueron nuevamente empatados. En la definición por penaltis (tres para cada conjunto), los iraníes tuvieron máxima efectividad, mientras que por su rival falló Ari.

Brasil era el actual campeón del torneo y llegaba al Mundial como máximo favorito para retener el título.

Asimismo, probablemente este fue el último partido de Falcao en un Mundial de fútsal, pues el jugador, considerado como el mejor del mundo en esta modalidad, había dicho que se retiraba tras finalizar el torneo.

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