Un juez español decidió este viernes permitir las banderas independentistas catalanas o “esteladas” en la final de la Copa del Rey de fútbol, y zanjó así la polémica creada tras la prohibición dictada por la Delegación del Gobierno español en Madrid de introducirlas y exhibirlas en el estadio.

La decisión judicial, en contra de la fiscalía, anula la orden de la Delegación del Gobierno español en Madrid, que había prohibido la exhibición de banderas esteladas, símbolo del independentismo de la región de Cataluña (noreste), durante el partido que jugarán el FC Barcelona y el Sevilla FC este domingo en la capital española.

El juez, que sostiene su decisión con base en el derecho a la libertad de expresión, asegura que “en ningún caso ha resultado probado que la exhibición de la estelada pueda incitar a la violencia, el racismo, la xenofobia o cualquier otra forma de discriminación que atente contra la dignidad humana”.

La polémica prohibición, adoptada por la Delegación del Gobierno de Madrid, ordenaba a la Policía española que impidiera la entrada en el estadio Vicente Calderón de Madrid de “materiales de propaganda política” que generan “controversia política” y reclamaba la requisa a los seguidores de este tipo de banderas.

No es la primera vez que un partido de fútbol genera controversia en este ámbito. En la final de la misma competición el año pasado, en la que también jugaba el Barcelona, se escuchó una sonora pitada durante la interpretación del himno nacional español y en presencia de Felipe VI, lo cual motivó su denuncia ante la justicia por injurias y ultraje a la Nación, que fue archivada en dos ocasiones.

El Fútbol Club Barcelona ha estado además relacionado en ocasiones, simbólicamente, con el actual proceso soberanista que impulsan el Gobierno de Cataluña y formaciones políticas independentistas en el Parlamento regional.

La decisión judicial de hoy corresponde al recurso de una asociación de abogados catalana, mientras que todavía está pendiente de resolución otro interpuesto por el propio club de fútbol en el mismo sentido.

El partido, considerado de alto riesgo, estará vigilado por cerca de 2.500 personas entre policías, vigilantes de seguridad y miembros de emergencias y Cruz Roja, y se desplegarán dos anillos de seguridad antes de entrar al campo, en los que se registrará a los asistentes.

EFE

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