Una verdadera batalla se vivió en el Vicente Calderón, donde se encontraron dos estilos opuestos. Atlético pretendía remontar el 2-1 de la ida, mientras que la visita esperaba ganar para no pasar peligros.

Los dirigidos por Diego Pablo Simeone apretaron desde el minuto uno a Barcelona, provocando errores en salida y la primera opción con un tiro que pasó un tanto alto del arco de Ter Stegen. Pero poco a poco los catalanes se hicieron con la pelota y adormecieron el encuentro con toques en propio terreno y media cancha.

Así fueron los primeros 25 minutos, pero luego el Atlético volvió a presionar e hizo ver al Barcelona más nervioso de los últimos meses, con pases erróneos y apurados.

Eso pasó al minuto 36, cuando producto de la presión Jordi Alba entregó un balón a Saúl, que le dio un centro como con la mano a Griezman, quien de cabeza abrió el marcador.

De esta manera se fueron al descanso, con un Barcelona incapaz de crear una sola opción clara de gol y un Atlético envalentonado.

En la reanudación del compromiso los papeles no cambiaron. A pesar de que la necesidad era de los culés, los colchoneros casi aumentan la ventaja con un balón que dio en el travesaño.

Con un equipo sin respuestas Luis Enrique mandó a la cancha a Sergi Roberto y a Arda Turan por Dani Alves e Ivan Rakitic. Los pulmones ‘nuevos’ surtieron cierto efecto, pues Barcelona se acercó más al arco rival. Tuvo dos claras, una de Luis Suárez aguantando bien de espaldas, pero que tapó Oblak, y otra de media distancia a través de Iniesta.

Sin embargo, en un contragolpe comandado por el lateral Filipe Luis el Atlético de Madrid provocó un penal de Andrés Iniesta, y que convirtió el francés Griezman.

Al final del encuentro hubo un error garrafal del árbitro, que pitó afuera del área una mano que había sido adentro de Gabi, lo que hubiera significado un penal a favor de la visita.

Atlético aguantó y de manera merecida ganó el encuentro 2-0 y eliminó, de nuevo, en cuartos de final al Barcelona, como lo hizo en la edición 2013-2014.

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