El portero ni miró la trayectoria de la pelota, pero puso su cuerpo de tal manera que pudiera obstruirle lo más posible el arco al delantero paraguayo.

La bola va tan rápido que no es muy claro dónde le pega —si en la mano o en el torso— pero lo cierto fue que Armani pudo desviar el esférico y mantener el cero en su arco, en un partido donde su colega Anthony Silva de Cerro Porteño también tuvo una sobresaliente actuación:

Nacional venció por marcador global 1-1 (gracias a la norma de gol visitante) a Cerro y enfrentará por el título de la Sudamericana a la gran sorpresa del torneo, Chapecoénse de Brasil.