Cuatro días llevaba viviendo Edwin Enrique Neira Gallego, de 27 años, en la vivienda de su mejor amigo: Humberto de Jesús Sáenz, de 44, luego de que su familia y esposa lo echaran de la casa por su mal comportamiento.

Pero el sábado en la noche, indica el diario La Libertad, los dos hombres se pusieron a beber con otros amigos una especie de güisqui “parecido al Old Parr”, y formaron una parranda que se extendió hasta el domingo en la tarde, día en que los dos amigos terminaron discutiendo por unos tragos y por la pérdida de unos zapatos.

Según dijeron familiares de la víctima a ese medio, Neira le reclamaba a Sáenz por las cosas que supuestamente se le habían extraviado, y que como no le prestó atención al reclamo entonces lo apuñaló en el cuello con un cuchillo que la misma víctima le había vendido en medio de la tomata. Después de verlo agonizando, lo remató.

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Luego de cometer el crimen, un familiar de la víctima dijo a Zona Cero que el señalado agresor llamó a la esposa para contarle lo que había hecho, y de paso para pedirle que avisara a la Policía. Y agregó:

Supuestamente su esposa fue a la estación de Policía y no le creyeron pensando que era falso”.

Como las autoridades nunca llegaron a la vivienda, Neira se quedó dormido junto al cadáver y despertó a eso de las 11 de la noche. Fue ahí, agregan los medios, cuando decidió presentarse en la estación de Policía del barrio Simón Bolívar.

Allí contó lo que pasó y se entregó. Los policías fueron al lugar para percatarse de la situación pensando que se trataba de una persona que estaba diciendo ‘locuras'”.

Ahora, el confeso asesino será judicializado por la muerte de su amigo, que tenía seis hijos con tres mujeres.

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