En muchas ocasiones el volante que ahora milita en Independiente Medellín ha dado detalles de la vida de excesos que llevaba y que casi le hace terminar su carrera prematuramente.

“Yo solo podía tomarme 3 botellas en una noche. Al otro día entrenaba común y corriente”, dijo una vez en La Red.

Pero también ha dicho que el acercarse a Dios lo sacó de ese hueco por el que se le estaba yendo la vida. Y en ese proceso hay una mujer clave: Sandra Merino, suegra del exportero de Santa Fe, Camilo Vargas.

Ella se convirtió en la guía espiritual que le mostró el camino a Santa Fe para conseguir la tan anhelada séptima estrella, título que no conseguía el equipo desde hacía 37 años. Con ella es con quien habla cuando, sin zapatos, recorre las canchas en las que juega una hora antes del partido.

Sandra ora y Daniel camina, un rito que se basa en la cita bíblica “Todo lugar donde pise la planta de vuestro pie será vuestro”. De esta manera se conjuran de malas energías que haya en el lugar y atraen las buenas, como alguna vez lo dijo el mismo Daniel a Cancheros.

Así se le vio en la previa al encuentro frente a Estados Unidos, donde Colombia ganó 2-0. Ya no con Santa Fe, sino con la Selección, Daniel Torres vive su manera el fútbol, y para él no hay manera de vivirlo sin Dios.

LO ÚLTIMO